Cristina Fernández de Kirchner (CFK) fue ovacionada al ingresar al auditorio principal del Centro Cultural Kirchner el martes en la noche, en la actividad organizada por el Grupo de Puebla en el marco del Foro Mundial de Derechos Humanos. La vicepresidenta de la Nación subió al escenario junto a varios líderes y reconocidas figuras internacionales, como los expresidentes Rafael Correa, José Luis Zapatero, Evo Morales y Ernesto Samper, y el jurista Baltazar Garzón, para participar del encuentro titulado “Voluntad popular y democracia. Del partido militar al partido judicial, las amenazas a la democracia”.
“El lawfare no se explica sin los medios de comunicación. Las sentencias se escriben en los medios y después un juez o un fiscal suscribe la acusación o la sentencia”, explicó CFK, quien realizó un análisis del “lawfare que hoy inunda toda la región”. En la mesa junto a la vicepresidenta también estuvieron el diputado Eduardo Valdés y Marco Enríquez-Ominami, coordinador del Grupo de Puebla.
“Todo lo que pasa, todas las persecuciones, todo lo que se sufre tiene que ver con la economía, tiene que ver con esa Argentina que un 25 de mayo del 2003 vino a reconstruir el Estado democrático y constitucional (…). Nos persiguen porque igualamos a las sociedades, por la justicia social, por haber garantizado el derecho de los trabajadores a participar activamente en el producto bruto que producen”, afirmó ante un auditorio que contó con la presencia del ministro de Cultura, Tristán Bauer, el premio nobel Adolfo Pérez Esquivel y el expresidente uruguayo “Pepe” Mujica junto a Lucía Topolansky.
En su intervención, CFK se explayó acerca de las continuidades entre el partido militar y el partido judicial y se detuvo en varios objetivos de la persecución política, como el disciplinamiento “a los dirigentes del campo nacional y popular, para instalar el miedo, porque ¿quién se va a animar otra vez a tareas como recuperar las AFJP?”. “No sé si va a tardar uno, dos o veinte años, pero finalmente la verdad siempre sale a flote”, afirmó la vicepresidenta.
Líderes contra el lawfare junto a CFK
“Desde Bolivia, toda nuestra solidaridad a nuestra hermana Cristina”, señaló Evo Morales al tomar la palabra. El expresidente boliviano, exiliado en Argentina durante el golpe de Estado del 2019-2020, recordó la primera vez que entró a la Casa Rosada donde conoció a Néstor Kirchner y analizó las persecuciones en la región: “No es sencillo ser perseguido jurídicamente; cuando no pueden derrotarnos con golpes de Estado, como en tiempos del Plan Cóndor, ahora son golpes judiciales, congresales, contra líderes políticos que están con sus pueblos”.
Morales habló en el marco de las exposiciones de las cuales también fueron parte la jurista española Adoración Guamán, el senador Oscar Parrilli, la analista Silvina Romano y el diputado en España Gerardo Pisarello, “hijo de un abogado modesto”, tucumano, “secuestrado y asesinado en junio de 1976”. “No le perdonan nunca que haya sido una presidenta que haya luchado para evitar que haya impunidad en los crímenes de lesa humanidad en Argentina (…) por defender proyectos de justicia social en beneficio de las mayorías sociales”, señaló ante un auditorio donde las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo fueron aplaudidas en varias oportunidades.
“Es un caso emblemático de violencia machista”, afirmó Guamán, quien también se refirió a las persecuciones contra la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, la actual vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, la ministra de Igualdad española, Irene Montero, y la prefecta ecuatoriana Paola Pabón: “mujeres con poder político, progresistas y que no han bajado los brazos”.
“Es una estrategia regional, así como el Plan Cóndor no fue casualidad, las persecuciones no son casualidad: es por lo menos tolerado, si no impulsado, por la embajada de Estados Unidos”, señaló Rafael Correa, quien se refirió en su primera intervención a las persecuciones sufridas en Ecuador. El expresidente, ahora exiliado, detalló el mecanismo persecutorio: primero, una “acusación de mucho impacto y poco sustento”; luego, “bombardeo mediático, que aniquila el apoyo que puede tener la víctima escogida”; hasta que, finalmente, “ser culpable o inocente es un detalle irrelevante”.
La actividad finalizó con una fotografía de los líderes junto a la vicepresidenta perseguida, quien sufrió un intento de asesinato en septiembre pasado, como se recordó varias veces en el panel. “Que el intento de magnicidio se investigue hasta sus últimas consecuencias”, señaló al respecto Garzón.
La programación del Foro Mundial de Derechos Humanos continúa durante la semana con varias actividades en el Centro Cultural Kirchner, hasta concluir en la movilización del 24 de marzo, en el 47° aniversario del golpe de Estado.
