Es “El Centenario Bar Blanco de Rosario”, ellos eran estudiantes y pasaban horas en el lugar.
El Tradicional Bar, como se llama hoy, está situado en la ochava de las calles Pellegrini y Alem. Está a punto de cumplir 100 años.
Son amigos y colegas arquitectos, que decidieron rescatar el bar de su joven adultez, hoy, Alejandro Romagnoli, Nicolás Ribone, Juan Ignacio Jaca, Juan Serralunga y Ramiro García, hoy son socios.
Alejandro comenta, “El amor por este bar nos llevó a comprarlo en plena pandemia. Le queríamos dar un nueva vida a este emblema de la ciudad de Rosario.”
Romagnoli dice “Nosotros íbamos siempre al salir de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Nacional de Rosario, sobre todo cuando teníamos entregas, era como un segundo hogar.”
En el año 2002 la familia Blanco, vendió el fondo de comercio, el nuevo dueño lo hizo crecer sin perder la esencia original, hasta que en 2008 no pudo seguir pagando el alquiler y prefirió mudarse enfrente.
Lo insólito es que en una misma vereda conviven dos bares con el mismo nombre: Bar Blanco. Eso desencadenó en un problema judicial, aunque todos sabían que el original era el que se había desplazado. “Por fidelidad al lugar, nosotros acompañamos la mudanza y no dejamos de ir, conservando nuestra larga mesa “comentó uno de los dueños actuales. Además “Empezó a decaer, la calidad del servicio y de la propuesta no era la misma, se hacía notar. Cuando podíamos se lo remarcábamos al dueño”, “supimos que acumulaba deudas de alquiler, impositivas y a proveedores”.
Las fluctuaciones económicas del país se hicieron sentir en el servicio, en el menú y la infraestructura. “Empezó a decaer, la calidad del servicio y de la propuesta no era la misma, se hacía notar. Cuando podíamos se lo remarcábamos al dueño”, dice. Además, cuenta, “supimos que acumulaba deudas de alquiler, impositivas y a proveedores”. Una noche de asado, los amigos de la facultad empezaron a soñar con devolverle la magia al lugar. “¿Y si lo compramos nosotros? nos preguntamos un poco en serio y otro poco divagando… Como íbamos desde los veinte sabíamos todo lo que teníamos que hacer para que vuelva a ser como antes”.
Pero llegó la pandemia y las restricciones de la cuarentena hicieron que esa idea loca se postergara. “Al final cerró por tiempo indeterminado. Fue un caos, nosotros no sabíamos si seguir o no por la incertidumbre del contexto mundial”. No fue el único, los vecinos se lamentaban en las redes la triste noticia. “Es una pena que cierre, más que nada por la trayectoria del bar y tantos chicos que quedaron sin trabajo. Era tradicional, las noches de verano las veredas estaban llenas”.
Una noche en una cena, los amigos de la facultad empezaron a soñar con devolverle la magia al lugar. “¿Y si lo compramos nosotros? nos preguntamos un poco en serio y otro poco divagando… Como íbamos desde los veinte sabíamos todo lo que teníamos que hacer para que vuelva a ser como antes” “Mañana se lo propongo “.
Fito Paez fue cliente de este espacio y cuando se enteró que cerró, lo manifestó su angustia en las redes y los vecinos también se lamentaban en las redes la triste noticia.
En el año 2020 estos colegas se animaron y amigos de toda una vida, lo compraron con la promesa de conservar al personal y respetar la esencia del histórico lugar. Su nombre hoy es “El Tradicional Bar.”
Los dueños y amigos dicen que “Para nosotros eso fue lo más sencillo porque es nuestra especialidad. A medida que íbamos haciendo las modificaciones nos surgían nuevas ideas. Estamos felices con el resultado”, “es muy gratificante saber que lo pensamos, lo planificamos y lo hicimos. Nuestras familias jugaron un papel muy importante ya que nos apoyaron en todo momento”.
En “El Tradicional Bar.” que fue salvado por sus clientes, se puede comer minutas como hamburguesas, milanesas, pastas y brindar con cerveza tirada, y un buen vermut.