Se sabe que muchas personas comen aún más de lo recomendado y no engordan, como así también existen personas que por más dietas que hagan, les cuesta mucho bajar de peso.
Alrededor de 75% de la energía que consume el organismo tiene que ver con procesos biológicos e inconscientes, que nada tienen que ver con la actividad física. Esto quiere decir que los procesos que realiza el organismo automáticamente, consumen energía.
La Doctora Melanie Kandrachoff (MP 39812/7), jefa de internado de Clínica Diquecito señaló que “Lo primero que tenemos que decir es que existen particularidades propias de cada persona, que tienen que ver con su metabolismo, el cual es diferente de un individuo a otro. Sin embargo, también existe un ‘arma secreta’ que absolutamente todos tenemos y que, al margen del metabolismo, marca una gran diferencia entre los que logran y no logran mantenerse en forma: la masa muscular”.
“Como punto de partida, debe saberse que todos los seres humanos generan a lo largo del día dos tipos de consumos de energía” agregó.
En principio el consumo de energía que se relaciona con el uso activo del cuerpo, el que se produce luego de realizar movimiento (actividad física, deportes) y de las actividades diarias. Si pensamos en una persona sedentaria, por ejemplo, esta no tendrá el mismo consumo de energía que alguien que practica actividad física.
Y por otro lado existe el consumo “inconsciente”. Es el que se produce durante todo el día a partir de nuestro organismo, y que sirve, ni más ni menos, para que nuestras funciones vitales sigan en activas. Por eso se lo llama consumo inconsciente, porque “No somos conscientes de este consumo de energía porque no obedece a las acciones que hagamos o dejemos de hacer”, detalló la doctora.
“Este último proceso inconsciente de funcionamiento permanente de nuestro organismo, llamado metabolismo basal, es el que se encarga de que nuestra respiración se mantenga activa, nuestro corazón lata y que nuestros órganos en general cumplan sus funciones. Lo importante es que estos procesos consumen un gran porcentaje de la energía que ingerimos a través de los alimentos, y la restante puede, o bien almacenarse en forma de tejido graso (y llevarnos al sobrepeso), o bien consumirse a través de una vida activa” advierte Kandrachoff.
Desde siempre se recalca que un buen dormir por la noche, podría causar desequilibrios hormonales que podrían hacerte sentir hambriento cuando realmente no necesitas comer, a eso le agregamos la ansiedad la cual podría hacer que si no dormimos, vamos a la heladera a comer, entre otras maneras de canalizar la ansiedad.
Si bien se dice científicamente que “Las hormonas del apetito leptina y grelina se fabrican predominantemente durante el sueño, lo que significa que las personas tienen un menor sentido de saciedad si no obtienen suficiente sueño”, dice el médico Jacob Teitelbaum, autor de Real Cause, Real Cure: The 9 Root Causes Of The Most Common Health Problems and How To Solve Them (Causa real, cura real: las 9 causas de los problemas de salud más comunes y cómo resolverlos). Esa falta de saciedad desencadenada por las hormonas podría explicar los antojos a las 03:00 horas. Tus hormonas del crecimiento también tienen la culpa, de acuerdo con Teitelbaum. “Cuando duermes, tu cuerpo tiene dificultad para ganar músculos y reparar y rejuvenecer el tejido. Mientras menos sueño obtengas, menos tiempo tiene tu cuerpo para estos procesos críticos”, explica el informe.
Entonces podemos decir que mientras más músculo tengas, mayor es tu metabolismo, no dormir lo suficiente podría afectar cuán efectivamente tu cuerpo quema calorías. “No tendrás tanto músculo si no obtienes suficiente sueño”, dice. “En realidad acabarías con más grasa y menos músculo”, totalmente todo lo contrario para la salud física a largo plazo.
Los procesos internos de los órganos que generan más consumo de energía son: el cerebro, el hígado, los músculos y el que produce la digestión.
Esto significa que los procesos “inconscientes” demandan un 75% de nuestra energía. Por lo tanto, el restante 25% corresponde a las actividades físicas que se realicen.